Las jornadas se realizaron los días 16, 17 y 18 de septiembre y se hacian por Zoom. Este nuevo dispositivo permite seguir gestando actividades. No solo de clases.
Una breve historia de lo mucho que aprendí y de algunas anécdotas es lo que puedo comentar sobre el Dr. Gomez. Lo conocí en un seminario del Doctorado de Epistemología e Historia de la ciencia en UNTreF. Cuando finalizamos el seminario, le agradecía haberme reconciliado con la filosofía. Había logrado separar la filosofía metafísica de la filosofía de la ciencia y la tecnología (tema de muchos de sus libros). Como había aprendido a separar la filosofía continental de la filosofía anglosajona con todas sus consecuencias y malos entendidos.
Me firmó uno de sus libros, con palabras de afecto y de aliento, al terminar de cursar el Seminario. Él se formó primero en el campo de la matemática y la física. Fue docente de varias Universidades en Argentina. Luego tuvo que salir del país amenazado en 1976. Pudo ir a EEUU y allí se doctoró en Filosofía por la Universidad de Indiana. Fue docente en la Universidad de California y en Berkeley muchos años. Nos contaba anécdotas de Fukuyama, del Ku Klux Klan, y de Borges en Texas. Llegada la democracia, alternó un tiempo entre Argentina y EEUU, dando cursos y seminarios de vanguardia..
En este homenaje volvió a contar una segunda cuestión que logró reconciliarme- al menos en parte- con Mario Bunge. Siempre he sido crítico de este filósofo- epistemólogo enemigo del psicoanálisis y el marxismo, de una manera tan irracional y al estilo popperiano, como de sus métodos en ciencia.
Al psicoanálisis lo considera como algo medieval, llegando a declarar en entrevistas que es una brujería y al segundo poniéndolo como algo absolutamente totalitario. Lo que Gomez cuenta es que cuando llegó a EEUU, tenía un lugar donde dar clases. La persona que iba a tomar licencia, para que él pudiera ocupar ese puesto, no lo hizo. Así que tenía pocos dólares para quedarse y ver como sobrevivía.
Aquí aparece el capítulo de Bunge. Este le dice: "que ahora le tocaba ver como un peronista era echado y perseguido por otros peronistas". Goméz seguía contando que se contuvo para no cortar el teléfono, por lo que le había dicho, quedó un silencio y al minuto le agregó: "usted no se va a ir de EEUU". Le dejó tres nombres y teléfonos para que pudiera conectar algo y sobrevivir. Esa historia me mostró otra faceta de un Bunge solidario con un Argentino exiliado. Por eso recordó esa historia, mostraba también lo agradecido que era para quien lo había ayudado a ser lo que es hoy.
Hoy es una persona con premios, honores y con todo el afecto de amigo/as, que se han juntado para homenajearlo. Lo escuchaba con esa sencillez y lucidez a sus ochenta y pico de años, y que para mí es el Bertrand Russell Latinoamericano. Y si me preguntan ¿por qué? solo argumentaría que ha vuelto a colocar la historia en la epistemología de la ciencia, y nos ha advertido los peligros de una tecnología deshumanizada y del neoliberalismo.
Carlos Liendro
Doctorando de Epistemología e Historia de la ciencia
Doctorando de Filosofía
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